La masacre de Terebinto es uno de los hechos más tristes y oscuros que vivió Santa Cruz: Diez mil campesinos armados provenientes de Ucureña (Cochabamba) fueron enviados por el gobierno del MNR, para aplacar el ‘foco rebelde’ en Santa Cruz, que sólo demandaban tener mejores condiciones de vida, progresar; pedían el cumplimiento de la Ley Busch, la misma que otorgaba regalías del 11 por ciento a los departamentos productores de petróleo; recursos destinados para agua potable, luz eléctrica y caminos.